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El escarificado de nuestras praderas

Con la llegada del otoño comienza el periodo de realizar una serie de labores de jardinería para preparar nuestros árboles, setos y praderas para el periodo invernal. La caída de las temperaturas, de la radiación solar, unido al inicio de las precipitaciones propias del clima mediterráneo es percibido por nuestras plantas como el fin del periodo veraniego, poniéndose una serie de mecanismos por los que comienza el reposo vegetativo de árboles y arbustos.

Aprovechando este periodo, con las lluvias propias del otoño es uno de los momentos más adecuados, junto con la primavera de ESCARIFICAR las praderas de nuestros jardines.

El escarificado consiste en una sencilla actuación de remoción o “peinado” del estrato herbáceo con varios objetivos, el primero oxigenar el suelo después de verano de uso y disfrute continuo, el segundo retirar los restos de siega procedentes de la primavera y verano que nuestras máquinas no habían sido capaces de recoger y por último mejorar el drenaje natural del suelo, sobre todo si éste es muy utilizado para uso deportivo o lúdico.

Dependiendo del tamaño de la pradera, recomendamos el uso de un escarificador manual o una escarificadora eléctrica. Los equipos a motor tripulados los dejamos para jardinería profesional a utilizar en praderas de grandes dimensiones, tales como campos de futbol, de golf o simplemente praderas de parques públicos. En este caso debemos cambiar el concepto de gestión de estas labores por las dimensiones de superficie que manejamos. A partir de una superficie de 100m 2 aproximadamente recomiendo utilizar un escarificador eléctrico salvo que el jardinero esté en buena forma física, puesto que el sistema manual es una tarea costosa, sobre todo en función de las especies que pueblan la pradera y si la hierba está muy entramada. El apero eléctrico lo podemos utilizar hasta unos 500-100m 2 en función de la potencia y resistencia de la máquina.

Son muchas las marcas en el mercado si quieres obtener una máquina de calidad, si bien recuerda que esta labor se realiza básicamente en otoño y/o primavera con lo que tampoco merece la penda invertir gran cantidad de dinero en su compra para una tarea que se realiza una o dos veces al año máximo. También, llegado el caso, se puede pensar en un alquiler del equipo, es muy económico sobre todo si no dispones de espacio suficiente. Como refuerzo a estas labores, puedes utilizar unas plantillas aireadoras, una especie de plantillas que, una vez atadas al zapato, permite agujerear el terreno promoviendo su aireación y mejorando el drenaje.

Si es la primera vez que realizas esta labor, hazlo con cuidado, procura segar previamente la pradera para poder trabajar más cómodamente. Retira todo el residuo orgánico generado. Dependiente de la forma de la parcela, divídela mentalmente para ir concentrando los restos en puntos o lineas concretas, así será mucho más cómodo proceder a su retirada. Por último, si quieres dejar más protegido el estrato herbáceo puedes añadir algo de mantillo, una pequeña película abrigará el terreno para el duro invierno. Y por último, si tienes dudas, consulta a ECOSISTEMAS URBANOS, seguro que encontramos una solución a tu problema.